
Enraizarte a la tierra. Sostenerte a ti mismo. Sanar dependencias. Poner límites sanos en las relaciones.
Subir el nivel de autoestima, confianza y seguridad.
Soltar tu mochila emocional: miedo, culpa, ira, tristeza, vergüenza, asco, rencor, envidia…
Conocimiento, gestión y control emocional.
Identificar programaciones mentales inculcadas o heredadas.
Aprender a ver al otro y a ti mismo con compasión.
Adquirir una visión más elevada de tu realidad y las habilidades necesarias para surfear las dificultades del día a día.
Pasar de un rol de víctima a sentirte el responsable y cocreador de tu realidad.
Descubrir tus dones y propósito de vida.
Equilibrar tu parte femenina y masculina.


Vivir el presente.
Aprender del pasado.
Avanzar con fe hacia el futuro.
Vivir desde la coherencia y transparencia. Ser desde el SER.
Adquirir la fuerza para impulsar tus sueños.
Abrazar tu sombra.
Reconocer tu luz.
Escuchar a tu corazón.
Conectar con el hogar.
Estar en paz, recuperando el estado de felicidad interior que es inherente al ser humano, reforzando las virtudes que ayudan a mantenerlo.

En resumen… reconocerte, aceptarte, respetarte y ¡¡¡amarte!!!
Todo ello siempre respetando tus ritmos, marcando tus tiempos y llegando al tope que tú desees.